Arte “posporno”: mostrar el erotismo con sentido crítico
Mientras la distinción entre erotismo y pornografía no acaba de zanjarse, la Argentina se prepara para presentar en sociedad una dimensión estética –que en Estados Unidos ya cumplió 20 años– bautizada “posporno”.
¿Posporno...? ¿arte? Mientras la distinción entre erotismo y pornografía no acaba de zanjarse, la Argentina se prepara para presentar en sociedad una dimensión estética –que en Estados Unidos ya cumplió 20 años– bautizada “posporno”. Marcelo Paez y Samira Schulz, “dúo de trabajo” del Colectivo Garpa! arte y comunicación convocan a la Primera Muestra de Arte Pospornográfico, que se hará en Artecinema del 8 al 10 de marzo.
¿Cómo empezó? En la última edición del Festival de Cine Underground –cuentan– les llegó material que salía de la estética usual: “aparecían cartas de amor, porno, videoarte ... “y nos resultaba inclasificable”. Preguntando e indagando llegamos al posporno, con muchas obras circulando en la red, pero con poca difusión.
Hay quienes ven en el arte erótico la representación del deseo y en la pornografía, la exhibición del coito. En el arte pospornográfico ¿dónde está el foco? El posporno hunde raíces en los feminismos radicales y los movimientos punk de los 70, las performances, los happenings, las vanguardias del video y el cine de los 20. Aborda sus temas, sus sexualidades, activamente, como sujeto y no ya como objeto de representación. Pone el énfasis en la autoexperimentación, y la mujer no juega el papel de objeto sexual pasivo.
¿Cómo fue la convocatoria? Llegaron, muchas fotos, videos, registros de performances o instalaciones... Pero no cerramos en lo audiovisual, la propuesta está abierta también a textos para mesas de debate y una publicación. Está llegando obra de afuera, de España, y también de Colombia, Brasil, Perú, Chile.
La teórica española Beatriz Preciado, casi “intelectual orgánica” de este movimiento, advierte: “el mejor antídoto contra la pornografía no es la censura sino las representaciones alternativas de la sexualidad”. El posporno no es porno, lo lleva adentro, como pasado.
¿Y ese “pasado” no vuelve? ¿El límite es claro? La propuesta de la muestra es que se encuadre en el género posporno. El posporno hace una representación del erotismo con intencionalidad crítica. Algunas obras podrán ser discutibles y se podrá debatir.
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