Kim Pérez Fernández-Fígares

La hipótesis más rara y a la vez más profunda sobre la transexualidad, tanto feminizante como masculinizante, viene de Jacques Lacan, extendida por su discípula Catherine Millot, y potenciada por mí, como filosofilla transexual.Pido que se entre, para entender esto, en el “mundo de rayos X”, que surge con la psicología profunda (originaria del psicoanálisis de Freud, pero libre), que produce unas imágenes extrañas, pero más reales que las de las fotografías de la superficie corporal.Todo esto es compatible con las hipótesis biológicas-biográficas que también uso, mucho más sensatas (de sentido común) Solo profundiza y ensancha su dimensión psicológica, intermedia entre biología y biografía.Esta hipótesis extraña es la que Lacan-Millot llaman de la identificación con el Falo, al que yo llamo Unofalo.La forma del Falo, es distinta, según Lacan, de su origen en el pene o el clítoris; es la forma de un símbolo, que Freud tomó de los misterios antiguos, un significante, en términos lingüísticos (Jacques Lacan, “Die Bedeutung des Phallus”, “La significación del falo”, 1958)Puesto que la forma del Falo es simple, erecta, fuerte, desbordante, re-presenta el Uno, el Ser, el Poder, según Catherine Millot (“Horsexe: essai sur le transexualisme”, 1983) No es lo que se tiene (uno de dos: yo; lo que tengo), sino lo que se es. Millot ve que, paradójicamente, el ansia de la forma del Falo, requiere en las trans XY la amputación genital, cuyo relieve sería considerado una imperfección, una alteración, que impide la forma perfecta, plena, lisa, pura; yo añado que por eso los trans XX requieren la amputación de las mamas, más aún que la cirugía genital, y no solo por las imperfecciones técnicas de ésta.Me fijo en la voluntad de representar el Uno, que en un nivel todavía más profundo es la Relación, la Coherencia, la Organización, la Lógica, frente a la Entropía o tendencia al desorden.El ansia que la expresa puede venir de un fuerte deseo de todo ello, consciente o inconsciente, que llega a rechazar el Dos, la Dispersión, o bien de una experiencia traumática que se haya sentido como un riesgo para la propia integridad, unidad, amor propio, orgullo de sí.

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