La Túnica Palmaria
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Masculinidad sin hombres: Annamarie Jagose entrevista a Judith Halberstam ....
4) HALBERSTAM: El término “masculinidad de MUJER” representa varios tipos diferentes de intervenciones en la teoría y práctica de la teoría del género. En primer lugar, desafía la idea de que los géneros son simétricos; en otras palabras, decir que el género es “performativo” puede resultar de mucha ayuda cuando hablamos de la femineidad pero resulta menos útil en relación a la masculinidad. De hecho, la masculinidad se presenta con frecuencia como no-performativa o anti-performativa (piensa por ejemplo en los roles lacónicos de Clint Eastwood). En segundo lugar, la masculinidad de MUJER altera las narraciones de los estudios culturales contemporáneos donde la masculinidad siempre se reduce a algo así como “los efectos sociales, culturales y políticos de la corporeidad y el privilegio masculino”. Espero que mi libro oblige a que los estudios sobre la masculinidad rompan radicalmente con los estudios sobre los hombres blancos. A este respecto yo creo que mi trabajo se encuentra en una intersección con los trabajos sobre la masculinidad negra queer de Philip Brian Harper y José Muñoz entre otros. En tercer lugar, la masculinidad de las MUJERES nombra una corriente alterada en la historia del feminismo y el lesbianismo. El feminismo de los años setenta en alguna de sus variantes señaló un territorio de conducta proscrita utilizando el término “identificada con el varón”. Este término normalmente se utilizaba para describir a “mujeres heterosexuales que se identificaban con o a través de sus parejas masculinas” y lesbianas butch que no eran “mujeres identificadas-con mujeres” sino “mujeres identificadas-con-varones”. El efecto de ese término “identificadas-con-varón” creo que se formó para castigar a las mujeres gays más visibles y fuera del armario por su masculinidad y condujo a que el feminismo fuera el estudio de la femineidad. Por esta razón, la historia de la masculinidad de MUJER se solapa sólo ligeramente con la historia del feminismo lesbiano, es, por decirlo de forma más apropiada, la historia de las mujeres identificadas-con-varón. En mi libro comienzo la historia con la dama del s.XIX Ann Lister, una mujer travestida que escribió extensos diarios sobre sus deseos e identificaciones y continúo esta historia con Radclyffe Hall, los estudios sexológicos de invertidas, las stone butches de los años cincuenta y los drag kings de los noventa. Esta historia no es exactamente una historia lesbiana, ya que la palabra “lesbiana” se ha utilizado como una palabra que se refiere a la historia de las mujeres identificadas con mujeres. Creo que otros trabajos que se están llevando a cabo en la actualidad por Lisa Duggan, Laura Doan entre otras se añadirán a estas “otras” historias de no-lesbianas acerca del deseo por el mismo sexo en el siglo XIX y XX. 1
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario