La Túnica Palmaria

martes, 3 de enero de 2012


Proyecto de tesis: Orígenes del látigo femenino. Iconografía BDSM en la estética postporno.

Le he estado dando muchas vueltas y por fin he acotado mi proyecto de tesis de master, que constará de un trabajo teórico y la producción de un documental en consonancia. Me propongo dilucidar el porqué de la iconografía sadomasoquista y las prácticas relacionadas con el dolor en la estética postpornográfica, a partir de un estudio sobre las principales artistas desde el final de la II Guerra Mundial, indicando características que hacen que la sexualidad sea representada con ciertos componentes del terreno BDSM. Paralelamente, me replanteo si es posible que el postporno, considerado por algunas postpornógrafas como una quiebra con el feminismo clásico, exprese en realidad una continuidad de un tipo de reflexiones que comenzaron ya tras la II Guerra Mundial. Para esto tengo que recopilar documentación gráfica que refleja que existe esa iconografía, y realizar una contextualización a partir del panorama actual, una arqueología para investigar sobre qué capas simbólicas se da el uso de esa iconografía sadomasoquista, a menudo con referencias a lo religioso.

Algun@s de l@s artistas de l@s que voy a partir en busca de antecedentes son, por ejemplo: Louise Bourgeois, Carolee Schneemann, Marina Abramovich, Valie Export, Nan Goldin, Robert Mapplethorpe y Rocío Boliver. Me interesan movimientos como el Accionismo Vienés, la Teoría Queer y el Transfeminismo. Pero no quiero limitar la documentación al ámbito artístico, pues me interesan también cineastas comoBuñuel, Kubrick, Fellini o Pasollini, que son algunos de los directores que han llevado a la gran pantalla prácticas tales como el spanking, el bondage y el sadomasoquismo, representaciones alternativas de la sexualidad.

Según la socióloga y activista queer Marie Hélène Bourcier, el postporno abarca una serie de discursos que rompen con el régimen hegemónico de representación de la sexualidad. A mi entender, se trata de un movimiento principalmente dedicado a representar sexualidades alternativas o disidentes, sobre todo con fines político-sociales, pero también a generar la revisión de muchas interpretaciones previas. Fue la actriz porno norteamericana Annie Sprinkle quien acuñó el término “postporno” y propuso, por primera vez, una revisión de la pornografía. Su obra parte de una deconstrucción de lo pornográfico para dar cabida a nuevos imaginarios sexuales. Virginie Despentes lo ha llevado al cine y la literatura. Beatriz Preciado es una gran teórica especialista en ello. María Llopis es una artista que trabaja el tema a través de talleres didácticos y vídeos; ha publicado un libro titulado “El postporno era eso” en el cual narra sus experiencias, y sobre el que he hablado aquí más de una vez. En la misma editorial, la investigadora Itziar Ziga revisa los conceptos de transexualidad y prostitución con “Devenir perra”, y la activista Diana J. Torres combina diversos proyectos artísticos con su irreverente Pornoterrorismo. Ellas, aunque dejo por enumerar otras muchas, son referentes en dicha corriente.

Virginie Despentes, en su libro Teoría King Kong, señala la existencia de un dispositivo cultural que predestina la sexualidad de la mujer a gozar de su propia impotencia, de la superioridad del otro; entiende que en la moral judeo-cristiana está mejor visto ser tomada por la fuerza que voluntariamente. “Hay una predisposición femenina al masoquismo que no viene de nuestras hormonas, ni del tiempo de las cavernas, sino de un sistema cultural preciso, y que tiene implicaciones perturbadoras en el ejercicio que podemos hacer de nuestra independencia. (…) Que nos atraiga lo que nos destruye nos aparata siempre del poder” (Pp. 44-45). 


(Bajo estas líneas, Valie Export, Action Pants: Genital Panic, 1969 - Arriba, Marina Abramovic, Action Pants: Genital Panic, Solomon R. Guggenheim Museum, New York November 11, 2005)      

 
La estética de lo genital y el uso del cuero ha sido apropiada y reelaborada por diferentes artistas, una misma imagen como ésta ha sido trabajada, por ejemplo, por Valie Export y Marina Abramovic.

(A la izquierda, Rocío Boliver posando al estilo de Dita Von Teese.)

Utilizando esta iconografía, la artista mejicana Rocío Boliver, más conocida como “La Congelada de Uva”, concentra sus propuestas estéticas en la crítica a las cargas represivas que viven las mujeres. Su práctica artística de ataque frontal, de impacto directo, se inscribe en el postporno y en las diversas estéticas y políticas de representación sexual contemporáneas. El binomio “sexo y dolor”, frecuente en el sadomasoquismo, está presente en las acciones de la Congelada, donde su cuerpo es azotado y flagelado. Ávida lectora del Marqués de Sade, afirma no encontrar división entre erotismo y pornografía, ni entre sexo y dolor. Aborrece y reniega del discurso feminista de la mujer maltratada y de la victimización de las mujeres. Rocío reivindica la fortaleza de la mujer.

Betty Page fue famosa en los años 50 por sus fotografías, pero también por sacar a la luz el spanking.
        
 
En el postporno y las prácticas queer se recurre a menudo a imágenes de este tipo, en las que aparecen látigos, cuero y relaciones de dominación y sumisión. Distintas mitologías utilizan imágenes relacionadas también; la cultura popular, por ejemplo, tiene leyendas como la de la “Vagina Dentada”, que el cine ha difundido. En mi trabajo teórico, la violencia, el dolor y la estética BDSM serán revisados a partir de diversas fuentes como la obras de artistas, activistas, filósof@s y cineastas de los últimos cincuenta años, para entender por qué el postporno incorpora esta estética relacionada con las comunidades leather y reapropiada para presentar la figura de una mujer que consume y realiza un tipo de pornografía que se supone nueva y transgresora. Sobre los pormenores del documental que voy a rodar, os iré contando próximamente.

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